No te quedes con la duda

Me dijo que me lanzase, que le echase agallas.

Podría salir bien o podría salir mal.

Pero me dijo que, ante todo, no me quedase con la duda.

Eso nunca.

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Me estaba contando su última relación, en la que ella se había armado de valor para ir a por el chico que quería. Contra todo pronóstico. Aunque luego no saliese como lo tenía pensado.

Ella hablaba y yo escuchaba atentamente.

Pero antes de seguir tengo que poneros en contexto.

Éramos de una ciudad pequeña, y estábamos en una de esas fiestas de provincia al aire libre. Ella sujetaba un mojito en la mano. El hielo ya estaba derretido en su vaso, signo inequívoco de que no solía tomar copas. Y es que ella siempre decía que no bebía alcohol, excepto en este tipo de fiestas y solamente mojitos. Mientras tanto yo la miraba con una copa en la mano.

Embobado, no podía ser de otra manera.

Porque creo que ella es la chica más guapa que he visto nunca. No es la más alta, no es la que tiene mejor tipo y la gente no se aparta a su paso. Pero es preciosa. Tiene una personalidad que engancha y unos ojos que te roban el alma. ¿Se puede pedir algo más?

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El caso es que estábamos allí hablando de agallas. De valor. De echarle huevos a la vida. Ovarios. Lo que queráis.

A ella le gusta el cine como a mí y se puso a contarme la película El Buscavidas. Yo ya la había visto, pero no me atreví a decírselo. Porque no quería interrumpirla, quería revivir la película en sus ojos. Escucharlo de su boca, porque la forma en que ella te contaba las cosas era única. Así que puse cara de interés y la escuché atentamente. En la película, Paul Newman representa a un jugador de billar brillante. El mejor de todos. Pero siempre lo estropea al final. Se emborracha, se viene abajo y lo echa todo a perder. Pierde el dinero, los modales y la gloria.

No es capaz de marcharse a tiempo. Y eso a veces es tan importante como ser puntual.

Ella me explicó que lo que le ocurre al bueno de Paul es que le pueden sus miedos, el vértigo al triunfo. El temor a que todo salga bien y tener que afrontar el éxito. Porque, si eso ocurre, te tienes que hacer digno de ello y vivir en consecuencia.

buscavidas

Me dijo que a veces nos pasa a todos. Que nos refugiamos en nuestras limitaciones, porque nos sentimos más cómodos en la mediocridad. Y que por eso no nos la jugamos para ir a por lo que queremos en la vida.

Hasta que uno encuentra las agallas necesarias, el carácter. Porque ocurre algo que te hace reaccionar. Despertar. Rebelarte. Aceptarte a ti mismo, con tus limitaciones, para luego aceptar a los demás. Para mirar de frente a la vida e ir a por lo que de verdad quieres.

En esta película, a Paul le sacudió el amor, como tantas veces ocurre en la vida.

Encontró el valor en los ojos de una chica.

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Ella me explicó que en la vida hay que elegir lo que uno quiere e ir a por ello. Pero no como me lo habían contado tantas veces. Ella me dijo que hay que hacerlo con criterio, pero en la próxima entrada os diré qué significaba aquello. Ahora no quiero desviarme.

Porque mientras la escuchaba me di cuenta de que yo, como Paul Newman ;), también me refugiaba en mis limitaciones. Porque no es el mejor día, porque podría ser un poco más alto, porque mi infancia no fue tan fácil, porque no he tenido suerte, porqueExcusas para no triunfar, para no tomar lo que quiero de la vida. Porque es más cómodo conformarse con tener una vida mediocre.

Y mientras pensaba todo eso, ella seguía hablándome. La música estaba alta, sonaba una canción indie española, quizá alguna de Love of Lesbian o Vetusta Morla. No lo sé. No me acuerdo, porque sólo me acuerdo de ella. Para que pudiese escucharle, se acercó a mi oído. De esas veces que con sus labios casi roza tu oreja y te sientes infinito. Todo lo que había alrededor desapareció. Sólo ella y sus palabras.

Decía que somos nuestro único enemigo. Nuestra única limitación. Y que la mediocridad atrae, lo fácil, lo que no te saca de la zona de confort. Lo que te permite ser tu versión de andar por casa. La versión cómoda.

También con las relaciones.

ventajas ser marginado

Y mientras me hablaba al oído entendí que, en ese preciso momento, yo también estaba encontrando el valor en los ojos de una chica, en los suyos. Como Paul Newman.

Me acerqué a ella y la besé. Así, sin más.

Porque por algo se empieza.

Y ella me devolvió el beso.

En aquel momento me rebelé contra la conformidad, contra Paul Newman, contra el qué dirán, contra mis limitaciones, contra mis miedos, contra la comodidad, contra la incertidumbre, contra el pasado, contra la zona de confort, contra la inseguridad, contra las barreras artificiales.

Le eché agallas y ahora puedo escribir esta entrada.

rutas salvajes

Ahora ella está en Canadá. A miles de kilómetros de distancia. Y somos amigos.

Pero cuando miro su foto, sé que sigue siendo la chica más guapa del mundo.

Y sobre todo, cuando miro su foto, me acuerdo de aquella noche en la que ella me enseñó a jugármela. A echarle valor a la vida. Con un mojito en la mano y el hielo derretido. Con la mirada brillante. Susurrándome al oído.

Me enseñó a luchar por mis sueños.

Porque se puede perder o ganar.

Pero lo que no puedes, es quedarte con la duda.

@soldadito_m

 

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43 comentarios

  1. Soy como un potro salvaje,con ímpetu ,energía,inocencia;con mucha fuerza ,a veces demasiada.Eso es lo bueno ,lo malo con un corazón demasiado vulnerable.
    Eres hermoso,muy hermoso,afortunados esos ojos que vieron más allá,si allá en tu corazón,ese corazón que anida un tesoro incalculable.Dichosos esos ojos a los que le permitiste entrar en el.

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