Brindemos

Hoy solamente he venido a hacer un brindis especial.

Estaba entre La Sexta Noche y Escribir. La decisión está tomada. Así que me he permitido la licencia de ponerme una copa, aunque sólo sea para brindar en condiciones.

Es sábado noche y estoy en casa. Solo. Y no, no es triste. Al menos para mí hoy no lo es.

Porque sé que detrás de esta pantalla, no ahora pero quizá mañana, habrá más gente. Estará Ana J. Gallego, estará Sigrid, estará en twitter Alicia, quizá estén María Ros y Hablando Balleno, que fue la primera, estará la guapa de Irina, estará M.J.U.R con su toque crítico que se agradece, y el lunes estará Mª Ángeles la abogada de Murcia. Y estará mucha gente más que me ha escrito estos meses para decírmelo. Para decirme las mejores palabras que se pueden decir a quien escribe. Lo que haces, me llega.

Así que esta noche he venido aquí en primer lugar para darles las gracias, porque ha sido gente que ha creído en mí desde el principio.

Y hoy quiero brindar por todos ellos en primer lugar. Por todos los que hacen que escribir sirva para algo. Por los que me regalan su imaginación y así completan el blog. Esta noche va por vosotros.

Pero no me iba a quedar aquí.

Hoy brindo también por los escritores anónimos. Por los blogueros de éxito pero también por los que de momento escriben para minorías. Hoy no importa el número de visitas. Hoy todos cuentan, porque cada uno es único e irrepetible.

Brindo por los que se emocionan al ver este símbolo que significa un nuevo comentario en su blog.

Y brindo también por los que escriben solamente para ellos mismos, textos que nunca verán la luz. Los que lo hacen para desahogarse. Para ordenar sus pensamientos. Para gritar de la mejor forma que puede hacerse, con papel y lápiz.

Brindo por todos aquellos que prefieren escribir antes que hablar. Porque se nos da mejor. Porque preferimos el silencio al ruido.

Brindo por los pequeños detalles de felicidad. Por las pequeñas gestas de cada día, las cotidianas. Porque siempre nos ponen delante lo ostentoso, los fuegos artificiales, y hoy toca quedarse con lo pequeño, con lo que no se ve a primera vista.

Brindo por los que llevan las frases de Mr. Wonderful dentro de sí mismos y las aplican cada día, pero no les hace falta gritarlo a los cuatro vientos. Son un ejemplo silencioso para quienes tenemos la suerte de cruzarnos en su camino.

Brindo por los que van a contracorriente. Pero no como nos lo han vendido. No hacía falta irse al sudeste asiático a vivir, estar en los 5 continentes en 1 año o cargarse de adrenalina en deportes de riesgo.

Eso está muy bien para quien encuentre en ello la felicidad. Pero no se trataba sólo de eso.

Y hoy es día de brindar por los que se han quedado. Por los que han encontrado un lugar sereno en la vida y son felices así. Por los que entendieron que vivir una vida intensa no significaba necesariamente irse a 10.000 kilómetros. Porque supieron encontrarse a sí mismos mucho más cerca.

Brindo por las casas tranquilas. Las de toda la vida, las de mesa camilla, hule y brasero. Y brindo por las parejas felices, casadas, sin casar, de hecho, como sea. Y también por los que han elegido la soledad, pero no necesitaron romper con todo para ser felices. Brindo por los que no hacen ruido, pero tienen mucho que decir.

Brindo por los que duermen con la conciencia tranquila. En Tailandia, pero también en un pueblo de Segovia.

Brindo por los que ayudan en su ciudad, sin dejar rastro en Instagram. Por los solidarios anónimos.

Brindo por las chicas sin maquillaje. Sin maquillaje por dentro y por fuera. Por las auténticas.

Brindo por los discretos. Por los que valen más por dentro de lo que parece. Por aquellos para los que hay saber escarbar para encontrar el tesoro.

Brindo por las personas que se alejan de la normalidad que nos han vendido. Por los que son normales a su manera. Brindo por “los personajes”

Brindo por la gente que lee. Y por los que eligen a gente que lee.

Brindo por elegir una noche cantando entre amigos, antes que una discoteca atronadora. Y cada vez que pienso en ello me viene a la cabeza esta escena magnética.

Beautiful Girls (1996) – Sweet Caroline

Brindo por los que no han podido viajar, pero han estado en más lugares que muchos de nosotros. Soñando. Que nadie te robe eso.

Brindo por la mesura. Por los que escuchan argumentos y construyen ideas propias. Brindo por los prudentes.

Brindo por los que no pasan de puntillas por la vida, pero tú ni te enteras.

Brindo también por los lectores anónimos que me leen y no comentan ni me escriben. Porque también vale. Y sé que están ahí, y que algún día me lo dirán de alguna forma.

Brindo por el anonimato. Por lo pequeño. Por lo silencioso. Por lo discreto. Por lo que no se ve a primera vista. Por las chicas invisibles.

Esta noche, mi brindis, va por ti.

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